Las semillas de marihuana autoflorecientes provienen de cruces en los que participa la variedad de cannabis rudelaris, planta que no precisa del exigente ciclo de luz-oscuridad estacional que necesitan las variedades regulares feminizadas para desarrollarse y florecer. En el caso de la Critical Mass CBD este porcentaje ronda el 5%. Según la información facilitada por el banco de semillas Dinafem, esta es una variedad apropiada para la relajación y para aliviar los dolores los musculares y los síntomas de diversas enfermedades entre las que se encuentran el insomnio, la depresión y la anorexia.
Dinamed semillas de marihuanas autoflorecientes : opiniones buenísimas sobre esta variedad que es de las pioneras del mercado del Banco Dinafem casi sin THC, menos de un 1%. Con un fin exclusivamente terapeútico este germen cannábico feminizado es de dominancia Sativa y nos dará una buena producción con unas ramas laterales bien desarrolladas que se llenarán de cogollos compactos.
Para evitar que las plantas se estiren en exceso durante estos días tras el cambio de luz, podemos rebajar la diferencia térmica entre el día y la noche a los mínimos grados de diferencia que podamos, la diferencia adecuada serían unos 4º. A parte también podemos acercar el foco al máximo a las puntas de las plantas para que eviten estirarse en busca de la luz, teniendo siempre en cuenta las distancias mínimas según foco a utilizar para evitar percances como mala transpiración de las hojas, etc.
En verano, al estar el sol más alto, la irradiación solar que recibimos es mayor, y por tanto también lo es la intensidad luminosa, es decir, el sol brilla con más fuerza e ilumina más, así que las plantas autoflorecientes producen más. Debes elegir variedades de corta floración para conseguir un cultivo de calidad.
Es una semilla de cannabis auto que muestra un estupendo equilibrio a todos los niveles gracias a su pedigrí de campeona. De lo contrario, la planta no absorberá los nutrientes necesarios y sus procesos vitales quedarán paralizados. Como hemos comentado antes, las plantas de marihuana autoflorecientes siempre proceden de semillas, nunca de esquejes.
En un cultivo de interior en condiciones óptimas se puede llegar a producir en cada cosecha hasta un gramo de cogollo seco por cada vatio de luz empleado (es decir, 600 gramos por cosecha con una lámpara de 600w) pero en la vida real la producción suele ser más baja.
Elegir un lugar a resguardo de corrientes de aire fuertes – que podrían transportar el olor de las plantas varias decenas de metros, además de quebrar sus ramas – también ayudará a mantener la discreción de nuestro cultivo. A partir de la cuarta semana de floración podemos ver como las flores van creciendo ininterrumpidamente poco a poco engordando sin muchos problemas y sin ninguna plaga que pueda llegar a mermar su producción ni calidad final.
Pero puedes encontrar las bombillas para crecimiento e incluso mixtas. Medir la EC sobrante nos servirá para conocer el nivel de sales saturadas en el sustrato que por un motivo u por otro se han quedado enganchadas a las fibras de coco. Para la década de los 80, el coco se había abierto camino en el sector de la jardinería tras ser utilizado comercialmente en Holanda para cultivar rosas y lirios.
Este tipo de semillas de marihuana, con CBD, poseen niveles de THC bajos, a veces más bajos que los de CBD, su efecto psicoactivo suele ser muy moderado, perfecto para consumidores con poca tolerancia, para aquellos que huyen de los efectos y usos recreativos más comunes del cannabis.
A menudo, los cultivadores principiantes cuelgan el termómetro en una pared a dos metros de la lámpara, no se dan cuenta de que las puntas de las plantas cercanas a la bombilla están soportando una temperatura mucho mayor. Recuerda, si haces esto, tus plantas no recibirán ningún tipo de nutrientes, por lo que tendrás que utilizar fertilizantes líquidos.